Elias


El Carácter de Elías
(I Reyes 18:21)
Introducción:
Encontramos en las Escrituras muchos personajes que fueron respetados por considerarse como varones de Dios, hombres ungidos para desarrollar una labor encomendada por el Señor mismo.  De todos ellos, de sus experiencias y de su carácter de siervos podemos tomar herramientas muy útiles para desarrollar en nuestro tiempo ministerios exitosos.  Tomaremos en esta oportunidad al profeta Elías y consideraremos algunos aspectos importantes de su carácter.
Características de Elías

I- Un Hombre de Oración.  (Santiago 5:17)
Elías no era un súper hombre diferente de nosotros, Santiago señala que Elías era un hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, esto no quiere decir que vivía pecando, sino que el profeta experimentaba momentos difíciles, temores, desánimos, opresiones, dolor, hambre, inclusive dudas.  Sin embargo el relato bíblico señala que oró fervientemente y sucedieron cosas extraordinarias.  La falta de oración en nuestras vidas impide que podamos mirar cosas extraordinarias suceder a nuestro alrededor.  Sencillamente es que no hemos considerado que la oración es un arma poderosísima y que Dios todo lo que hace, lo hace, a través de la oración.  Queremos tener ministerios éxitos sin orar, vencer sobre la tentación sin orar, ver cosas extraordinarias suceder sin orar y tantas cosas más y todas ellas sin orar.  Es imposible vivir una vida de victoria alejados del altar de la oración.  Somos fortalecidos cuando nos acercamos a Dios en oración, él se revela a nosotros, nos hace conocer sus planes.
II- Un Hombre Poderoso (Autoridad – I Reyes 17:1)
Elías era un hombre revestido de autoridad, una autoridad nacida en Dios que debía ser utilizada contra el reino de tinieblas y desafío a buscar del Dios verdadero.  La autoridad no son gritos, ni manifestaciones de egos alimentados por el machismo. La autoridad espiritual nace de la obediencia y de una convicción firme de lo que dice la Palabra de Dios.   Autoridad se define como: “carácter o representación de una persona por su empleo, merito o nacimiento”  también como: “Persona revestida de algún poder”.  A la vez autoridad es sinónima de “dominio”.  El Señor Jesús dijo que nos había dado potestad, de ollar serpientes y escorpiones y sobre toda fuerza del enemigo.  Somos un pueblo con autoridad espiritual delegada por el Señor mismo.  Esta autoridad debe ser ejercitada contra el reino de las tinieblas y a favor del crecimiento del Reino de Dios.  Con autoridad debemos cada día ser motivadores del pueblo de Dios, desafiándolos a vivir de una forma agradable al Señor.
III- Un Hombre de mucho Estudio.  (Deuteronomio 13:5)
Elías conocía perfectamente lo que la ley decía en cuanto a los profetas falsos y los soñadores de sueños que apartaban al pueblo de Israel del verdadero Dios.  La ley decía que tales profetas y soñadores de sueños debían morir.  Por este conocimiento mato a los profetas de Baál en el monte.  El hombre que quiere servir a Dios de una forma efectiva deberá sacar suficiente tiempo para estudiar lo quela Palabrade Dios dice.  Debemos ser siervos diligentes en conocer lo quela Bibliaenseña para que podamos desarrollar ministerios efectivos que Glorifiquen el nombre del Señor y sean de utilidad para su pueblo.
IV- Un Hombre Abastecido.  (I Reyes 17:6)
Cuando hablamos de abastecido, lo que tratamos de decir es que Elías disfrutaba de un Dios que suple las necesidades ante toda circunstancia.  También David en el Salmo 23 señala que el Señor es su pastor y que nada le faltara.  Cada uno de estos varones de Dios experimentó a un Dios suplidor, que cuidaba de ellos.  Nosotros debemos tener la seguridad que el Dios de estos hombres es nuestro Dios también y así como suplió las necesidades de ellos, suplirá también todas las necesidades nuestras.
V- Un Hombre Protegido.  (I Reyes 18:10)
No solamente podemos tener la seguridad de que nada nos faltara si estamos en el Señor, sino que también él nos protegerá y en su mano estaremos seguros.  Nuestro enemigo no podrá vernos.  El Salmo 91 nos dice que con sus plumas nos cubrirá y debajo de sus alas estaremos seguros.  El Señor es nuestro protector, no debemos temer, aún a sus ángeles mandara acerca de nosotros, que nos guarden en todos nuestros caminos, que victoria.
VI- Un Hombre Paciente.  (I Reyes 17:7)
Uno de los problemas más grandes que tenemos es nuestra impaciencia. Este elemento de impaciencia nos priva también de muchas bendiciones preparadas por Dios.  El no ser pacientes provoca en nosotros que en muchas ocasiones nos adelantemos a los planes de Dios, lo cual ocasiona que no alcanzamos aquello que Dios a preparado y podamos gozarnos en él.   La obra de Dios demanda paciencia, solo así veremos almas salvarse, creyentes crecer, personas ser restauradas y también la iglesia crecer.
VII- Un Hombre Perseguido.  (I Reyes 19:2)
El profeta se convirtió en un hombre amenazado y perseguido por honrar a Dios y caminar en obediencia a su palabra. Las amenazas muchas veces pueden inquietarnos e inclusive si no sabemos manejarlas podrían provocar la perdida de la paz y la seguridad en Dios.  El diablo usa mucho esa herramienta para amedrentarnos y poner temor en nosotros.  El Señor Jesús dijo: “que nada os dañara”, eso lo que quiere decir es que no debemos temer la venganza infernal.  La puertas del infierno no prevalecerán contra la iglesia dijo también Jesús.  En otras ocasiones somos perseguidos por querer llevar acabo los propósitos del Señor en nuestra vida y ministerio; por caminar en una visión amplia y no querer detenernos en ir más allá.
Conclusión Parte 3:
Necesitamos desarrollar un carácter espiritual similar al de hombres como Elías y otros personajes bíblicos.  Convertirnos en hombres de oración incesante, poderosos en autoridad nacida en la obediencia y convicción enla Palabrade Dios.  Hombres estudiosos de Las escrituras que han hecho crecer su fe porla Palabra, abastecidos por el Señor en todas sus áreas y que disfrutan de la protección del buen pastor, que con paciencia van alcanzando los objetivos divinos para sus vidas y ministerios.  No olvidando que por querer agradar a Dios se pueden levantar tremendas persecuciones, pero entendidos que El que nos llama en su gracia hará cesar todo torbellino que se levante y guardando nuestras almas hasta el ultimo día.
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